La vieja pudorosa
La veo debajo de un anuncio oxidado que ofrece lavado de prendas en seco. En la puerta de vidrio cuelgan algunas cartulinas: "Se compran libros", "Venta de libros desde $10", "Se solicita ayudante". Estoy en la esquina contraria, pero casi siento el olor delicioso de las costuras viejas, e imagino las anotaciones al pie de página de manos anónimas y a mis dedos acariciando los títulos impresos sobre lomos raídos. De pronto estoy viendo los estantes. Hay tantos libros que quiero llevar a casa y sé que en mi bolsillo apenas hay unos cuantos pesos.
Voy a la pared de barata. Me reciben manuales de sistemas operativos aracaicos, algunos best sellers setenteros, Constituciones no actualizadas, libros de texto y varios de Ian Fleming sobre James Bond. Entre todos ellos encuentro el Kama Sutra en edición conjunta con el Ananga Ranga, sólo texto, sin imágenes morbosas. Muchas páginas, cero ilustraciones, largo prefacio... debe ser una publicación seria. Lo tomo y busco al encargado.
Una mujer de alrededor de sesenta y cinco años me señala a una anciana, la dueña del lugar que revisa notas sentada detrás de un escritorio. Mientras la espero, la primera señora me pregunta:
—¿Que compraste?
—El Ananga Ranga —le digo con cierto pudor esperando que no tenga idea de lo que le hablo y sin enseñarle la portada.
—Ah, el Kama Sutra —dice con asombro disimulado tras haberse asomado a mi regazo con los anteojos recién puestos.
—Sí, y el Ananga Ranga —le respondo fingiendo, tan bien como ella, que no me incomoda su curiosidad. No sé por qué, pero me siento responsable de lo que esa señora piense de mí.
La anciana del escritorio se desocupa y sin mirarme a los ojos me cobra veinte pesos. Tomo el libro con resolución y me interrumpe:
—¿No prefiere llevarlo en una bolsa?
—No, gracias.
De salida, oigo un grito entre sarcástico y moralista de la mujer con anteojos:
—¡Que lo disfrutes!
—Gracias— respondo con algo de risa, nerviosa por supuesto, y me voy.
Recuerdo el cártel donde se solicitaba un ayudante. Qué lástima, arruiné mi primera entrevista.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario