sábado, diciembre 08, 2007

Anti-drama

Ayax y Hansser llegaron a Cuernavaca alrededor de las 9:00 y tras algunos reviros llegaron a casa. La alberca no había estado tan descuidada desde que contratamos a la señora Rocío para que hiciera el mantenimiento, pero a ellos no les importó y, aún antes de desempacar, llenaron sus pistolas con el agua. Lástima que yo nunca le pedí una de esas a los Reyes Magos. En cambio, tomé una cubeta y comenzamos a correr unos detrás de otros hasta que el juego de mojarnos nos dejó la mezclilla empapada y los movimientos pesados. Ahora era inevitable, debíamos darnos un chapuzón. Breve... el agua estaba helada. Coco y Ruy, sin embargo, no tuvieron inconveniente con las circunstancias. Esperábamos que otros llegaran más tarde, pero no pasó ni ese día ni el siguiente.

El sábado fue delicioso. Alberca-Secarse al sol-Ir al museo-Carne Asada y Cerveza-Ver el fútbol-Comer helado-Cenar hot-cakes en el centro. Una apuesta futbolística entre Hansser y Ayax me redituó en una comida gratis por cortesía del primero. Al final del día nos sentamos en una banca de la explanada a comer los hot cakes y a esperar que las palomas no decidieran hacernos partícipes de sus necesidades sanitarias. Teníamos la boca seca y el kiosko de los jugos y licuados enfrente. Había mucha gente; todos callaban sobre las hormigas que invadían cínicamente la fruta de exhibición, pero no Ayax. "Un eskimo de Mamey por favor, pero sin hormigas". Se desató la rebelión de los desconocidos presentes: "El mío también sin hormigas", "¡¿Treinta y cinco pesos?! Me cobró las hormigas, ¿verdad?". Nos contamos chismes de oficina y luego nos lamentamos por no tener otro tema de conversación. Si esos eskimos hubieran tenido el más mínimo alcohol hubiéramos tenido la excusa perfecta para soltarnos a llorar en los hombros de Ruy.

A la mañana siguiente se nos unió Wong y fuimos a un parque ecológico donde vimos bestias de todos los días como víboras, arañas gigantescas, quebrantahuesos, buitres, cacatúas. Un tejon, por ejemplo, sacaba las garras de la jaula por debajo de la malla y jalaba hacía sí una carreola con bebé incluido. Había oído sobre una teoría de que los hombres vamos degenerando nuestra inteligencia a través de los siglos; estos encuentros cercanos me hicieron considerar que la creciente animalización podía ser un efecto agregado.

En fin, fuimos a todas las atracciones que pudimos. Hansser y Ayax hicieron un equipo para los descuentos y actividades en pareja. Wong y yo integramos el segundo... Ruy tuvo que conformarse con la ausencia de Coco. Entramos a la casa del terror más extraña, que casi no tenía maniquíes ni actores vestidos de monstruos, sólo era una serie de pasillos diminutos y completamente obscuros por donde pasábamos agarrados de las manos mientras los encargados del lugar nos saltaban de pronto detrás de una esquina gritando o lamentándose falsamente, pero siempre en las sombras y sin hacer el menor contacto. Fuimos al planetario a recordar esa cancioncilla de Monthy Python: The beginning of life. Finalmente manejamos unas lanchas y caminamos el largo camino de vuelta.

Por la noche fuimos al centro de nuevo, pero esta vez terminamos a un costado de la Catedral, ese edificio imponente de piedra de la época de Hernán Cortés. Ahí nos pusimos a relatar viejas leyendas y vivencias sobre lo desconocido. La monja que se aparece en mi universidad, las sombras que se ven en las casas, los extraterrestres, las voces, los duendes. Más tarde fuimos a cenar a una taquería cercana para cobrar mi deuda y darle más vueltas a estos temas que jamás pasan de moda. Alguien contó la historia de unos geológos renombradísimos que en los años ochenta hicieron excavaciones en la parte más cercana al centro de la tierra, en Siberia; y que a varios metros debajo de la superfcie lograron grabar sonidos de una voz de mando y gritos tristísimos. Cuenta la leyenda que todos los investigadores renunciaron tras oir semejantes ruidos que atribuían al mismísimo infierno. Un par de días después investigaría esta historia y resultaría un gran fraude, pero en ese momento nos dejó a todos boquiabiertos.

Cuando despertamos el lunes por la mañana, Hansser, el conquistador, se había ido a desayunar a Tepoztlan con una amiga suya y tuvimos que esperarlo para regresar a la ciudad. La señora Rocío había podido poner los químicos adecuados al agua de la alberca y estaba cristalina, pero era demasiado tarde para meterse. Nos fuimos por la autopista. En la puerta de mi casa, nos despedimos de Hansser y Ayax. Wong y yo corrimos a la sala, casi sin darnos cuenta tomamos una siesta en el sofá... fue el mejor despertar en mucho mucho tiempo.

The Galaxy Song
(Monty Python: The Meaning of Life)
Whenever life gets you down, Mrs. Brown
And things seem hard or tough
And people are stupid, obnoxious or daft
And you feel that you've had quite eno-oh-oh-ugh

Just remember that you're standing on a planet that's evolving
And revolving at 900 miles an hour
That's orbiting at 19 miles a second, so it's reckoned
A sun that is the source of all our power
The sun and you and me, and all the stars that we can see
Are moving at a million miles a day
In an outer spiral arm, at 40,000 miles an hour
Of the galaxy we call the Milky Way

Our galaxy itself contains 100 billion stars
It's 100,000 light-years side-to-side
It bulges in the middle, 16,000 light-years thick
But out by us it's just 3000 light-years wide
We're 30,000 light-years from galactic central point
We go round every 200 million years
And our galaxy is only one of millions of billions
In this amazing and expanding universe

The universe itself keeps on expanding and expanding
In all of the directions it can whiz
As fast as it can go, at the speed of light you know
Twelve million miles a minute and that's the fastest speed there is
So remember, when you're feeling very small and insecure
How amazingly unlikely is your birth
And pray that there's intelligent life somewhere up in space
Because there's bugger all down here on Earth.

sábado, diciembre 01, 2007

Mariposas amarillas... just because

El blog que me inspiró a conocer la blogósfera fue el famoso "Las mandarinas son naranjas", y recuerdo cuando el autor se lamentaba amargamente por no poder escribir todos los días, que casi se cortaba las venas cuando creía que su blog se estaba volviendo semanal. Ahora veo mi blog, y veo que se está conviertiendo en algo mensual... algo entre los retazos de vida que devienen recientemente a mi alrededor.

Y entonces reviso los comments y leo que Joruas maldice mi carrera de Economía y me pide tips sobre literatura. Ja! Tiene un poco de gracia. Hace unos días hice un análisis de mis aspiraciones y sólo pude llegar a planes concretos para el próximo año y medio. A partir de ahí la nebulosa se asienta de nuevo. Esto viene al caso porque me di cuenta de que ya no me culpo por no haber estudiado algo artístico. Creo que voy por el camino correcto for a change. Ahora sólo falta dejar de correr escaleras abajo y mantenerme firme en mis planes de hacer una tesis y mi long wanted Maestría en Economía Ambiental. El mundo quiere jalarme a la Administración, a las Finanzas Corporativas, a la Alta Dirección... y himeku quiere una vida sencilla. A veces me siento una verdadera ingrata.

El manifould se va linealizando y los puntos infinitos se hacen asequibles poco a poco. Extraño al mundo, extraño a mis queridos colegas (más disciplinados) de la blogósfera y la vida, extraño a Yamil y a Alejandra. Esto se está volviendo costumbre pero ya vienen las vacaciones que lo sanan todo, todo-todo, TODO.