miércoles, junio 20, 2007

Merca?

Hoy iba tranquilamente en mi one-hour-and-a-half-ride-to-work cuando vi en una esquina un puesto de flores. Era uno de esos modernos, metálicos y con espacio en la parte superior para poner el mensaje de algún patrocinador. Lo terrible fue lo que decía la publicidad:

"Deja de fumar sin nicotina." Y la leyenda cínica con letras diminutas debajo: "Consulta a tu médico"

Me reservo mis comentarios de indignación al respecto.

Pensándolo bien, vi algo parecido hace un par de semanas en la televisión. Como todos sabemos, las farmacias de Similares han crecido brutalmente en los últimos cinco años y es fácil identificar la dichosa botarga del "Dr. Simi" bailando en la entrada de cada sucursal al ritmo de cumbias y salsas. Recientemente ha entrado al mercado de los suplementos alimenticios y productos íntimos. What do I mean? Lubricantes, condones, pastillas vigorizantes y geles para incrementar la sensibilidad. El punto es que en uno de sus comerciales por televisión, el locutor decía algo como:


"Seamos sinceros, cuando se usa condón no se siente lo mismo"

Después se anunciaba el producto: condones lubricados con gel para vigorizar o para incrementar la sensibilidad. Pero el mensaje memorable es ése: lleva tu sexualidad irresponsablemente.

La mercadotecnia siempre ha sido criticada por su falta de ética, pero generalmente esa cuestión se refería al trato entre competidores. Ahora la mercadotecnia se ha vuelto un ataque directo al consumidor, una invitación a la autodestrucción justificada por un incremento en las ventas. El margen ético termina devorado por el margen bruto, y vaya que muy bruto.

lunes, junio 11, 2007

Turnin' Japanese

Me despierto y de un brinco me incorporo con los pies separados, uno delante del otro, la espalda algo inclinada, los brazos en posición de boxeo, sonrisa de oreja a oreja. El cuarto desaparece y me rodea un paisaje rosa con kanjis mientras grito algo así como "hoy sí me libraré de los nacos de metro Tacubaya" y me brillan los ojos como un par de estrellas doradas.

Tengo en la mente el outfit perfecto, y cuando llego a mi closet aparece una gotita detrás de mi cabeza. Oh no, justo lo envié a la tintorería. Mis ojos se vuelven grandes espirales que giran mientras me ahogo en un remolino. Reacciono y me visto con cualquier otras cosa. Ya en la cocina, me dispongo a preparar algo de desayunar, pero al abrir la puerta del refri mi cara se torna azul y doy un grito digno de película de terror. Dentro hay una nota de mamá: te tocaba hacer el súper.

No hay nada comestible salvo ramen instantáneo. Retrocedo un par de pasos con incredulidad, pero recapacito. Golpeo con mi puño derecho mi palma izquierda con determinación: Hime-chan podemos hacerlo. Hiervo el agua y tras algunas quemaduras que me hacen terminar cubierta de vendas, preparo el ramen. Desafortunadamente es demasiado tarde. Debo correr con el vasito en la mano y engullir el contenido de un sorbo antes de salir. Está caliente... mi boca se vuelve un lanzallamas. Cuando la comida baja, me inflo como un globo y me siento tan pesada que doy contra el piso y me desplazo rumbo al metro imitando los movimientos de un gusano medidor. La gente murmulla.

En Tacubaya estoy por subir el último escalón para tomar el camión al trabajo cuando el chofer se arranca. Me aferro al barandal, pero el camión comienza a tomar vueltas pronunciadas, a andar sobre dos ruedas, a volcarse de una calle hacía otra y yo cuelgo de la puerta como una veleta. Al parar en la Compañía mi cuerpo sigue prendido, tieso. Una anciana me toma por los pies, me sacude como a un tapete viejo y termino por recobrar mi forma normal. Hago múltiples reverencias de agradecimiento y miro mi reloj... voy media hora tarde.

Corro hasta que mis pies son invisibles y voy dejando una estela de polvo a mi paso. Al fin llego, sólo para encontrar la reja cerrada y a mi jefe afuera, en ropa deportiva paseando a su perro. Hime-chan, hoy es domingo. Me caigo totalmente de espaldas. "El día que llegas más temprano no tienes que trabajar". En la frente del jefe se hincha una vena y con mirada macabra me da una patada que me manda tan lejos que desaparezco como un puntito de luz en el horizonte. Caigo frente a mi casa.

Me pongo frente a la tele con una venda en forma de cruz en la parte posterior de la cabeza. Al menos ahora podré terminar de ver ese anime con el que me siento extrañamente identificada.

domingo, junio 10, 2007

Tag voluntario

Recientemente vi en el blog de lady stardust, un post: Famous First Words. Y vino a mi mente una dinámica que realizamos en cierto taller de creación literaria con la misma temática. Esto consiste en citar los inicios de novela preferidos. En fin, me daré cierta licencia y me meteré con no-novelas.

"Lolita, light of my life, fire of my loins. My sin, my soul. Lo-lee-ta: the tip of the tongue taking a trip of three steps down the palate to tap, at three, on the teeth. Lo. Lee. Ta". Lolita de Vladimir Nabokov

"I had been sick for a long time. When the day came for me to leave the hospital, I barely knew how to walk anymore, could barely remember who I was suposed to be". Oracle Night de Paul Auster

"Andreé, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha." Carta a una señorita en París de Julio Cortázar

"Suffering is one very long moment. We cannot divide it by seasons. We can only record its moods, and chronicle their return". De Profundis de Oscar Wilde

"The rain continued. It was a hard rain, a perpetual rain, a sweating and steaming rain; it was a mizzle, a downpour, a fountain, a whipping at the eyes, an undertow at the ankles; it was a rain to drown all rains and the memory of rains". The Long Rain de Ray Bradbury

"Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor. Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata. Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche. Amo la noche, sombrero de todos los días." Altazor o Viaje en paracaídas de Vicente Huidobro

"De las nueve de la noche en adelante, viendo la televisión y conversando estoy esperando la muerte de mi padre." Algo sobre la muerte del Mayor Sabines V de Jaime Sabines

"You bring out the Mexican in me". You bring out the Mexican in me de Sandra Cisneros

domingo, junio 03, 2007

Decálogo de God-given rights

Las mujeres tenemos derecho a:

1. No vernos bonitas el primer día de nuestro período.
2. Cantar canciones de Luis Miguel cada vez que identifiquemos una, aunque digamos que no nos gusta.
3. No ser cuestionadas cuando una película boba nos hace llorar.
4. No ser cuestionadas cuando nos reímos durante una película de acción cuando matan al protagonista.
5. Tener mil carpetas en la computadora.
6. Hablar sobre hombres famosos guapos frente a nuestras parejas, cuando nos reunimos con otras mujeres.
7. Usar ropa horrible del fondo de los cajones el día de la semana que toca lavar el resto de la ropa.
8. Portarnos cariñosas sin que haya un interés oculto detrás.
9. Nombrar a las mascotas.
10. Ser tratadas con especial delicadeza durante el SPM.

All's well that ends well.

Libro y película del mes de mayo

Libro del mes: The Oracle Night de Paul Auster, la prosa es atrapante y las imágenes son las más memorables que he leído fuera de la poesía. Vale la pena!

Película del mes: El acorazado Potemkin de Sergei M. Eisenstein porque no he visto otra película anterior a 1940 que capture de esa manera la belleza cinematográfica. Aquí se cambia el énfasis en la trama por una verdadera dirección de arte.