viernes, diciembre 30, 2011

2011

Érase una vez que me dormí el 31 de diciembre de 2009 y me desperté el 6 de Enero de 2011. Fin. Sin dinosaurio ni nada. Fin.

Raro pero cierto. El 2010 no sólo fue un año perdido para este blog, también para mí. Ni la universidad ni los trabajos de medio tiempo ni las sit-coms te preparan para el mundo real. Para qué entrar en detalles espeluznantes. Aquello ya es agua pasada. No más laissez-faire para mí. Mejor despido como se debe al 2011, agradeciendo. Aquellos momentos iniciales de absoluta inacción, incertidumbre, depresión y desesperación fueron rápidamente superados y opacados por unas cuantas buenas decisiones.

1. Volví a ver a la gente que quiero. Cuando busqué a mi familia y amigos, después de meses inmersa en la tristeza y el trabajo, estaban ahí como si el tiempo no hubiera pasado, sin rencores ni reclamos. Así deben ser las cosas: todo cambia menos la gente que te quiere.

2. Dejé de creer que ceder es símbolo de debilidad. Dos años me estanqué en un trabajo poco transparente, esclavizante, emocionalmente desgastante e invasivo de la privacidad creyendo que mi inconformidad tenía que estar incorrecta. No todo fue pérdida, pues mi experiencia me abrió la puerta a un cambio y de inmediato noté la diferencia. Finalmente estoy en el sector educativo, rodeada de gente valiosa, con facilidades reales para mejorar mi balance de vida y sobre todo haciendo un trabajo de mayor alcance.

3. Me titulé. Me tomé el tiempo de desempolvar mis apuntes para preparar mi examen profesional. In your face, director de carrera, in your face mi título de licenciatura con honores y la búsqueda de MBA. :-$

4. Me recompuse. Bajé de peso, cambié de doctor, volví a terapia y retomé la literatura. Pequeñas cosas que ayudan montones. Next stop: Convencer a Matt de que la caminadora elíptica es una buena compra.

5. Al último en la lista, pero lo más importante este año, ha sido Matt. Él me dio gran parte de la fuerza para tantos cambios. Hace un año recorrí los 9,100km que me separaban de él para estar juntos en Navidad, Año Nuevo e incluso Reyes. Y fue la noche de Reyes, un día antes de mi regreso a México, que me llevó a cenar al Pueblo Español y, completamente solos a media luz, me dio el anillo de compromiso. Aquel fue mi despertar después de un letargo de meses, el inicio de todo lo que aquí agradezco. Poco tiempo después, a su regreso, buscamos un departamento más cómodo que la discoteca en la que vivía para mudarnos juntos. Han sido meses maravillosos en los que al fin he podido respirar, relajarme y sentirme verdaderamente en casa. 

Salud por este año. Salud, sobre todo, por el año que inicia. Y GRACIAS a todos.

miércoles, diciembre 28, 2011

Releyendo

Ahora que va a empezar el 2012, caigo en cuenta de que este blog lleva en línea 6 años.

Mirando hacia atrás, me encantaría poder decir que releo mis posts y me siento orgullosa de absolutamente todo. La verdad es que me encontré con algunas opiniones aquí y allá, comentarios e incluso posts completos que, de primera impresión, me dieron una vergüenza terrible.

Para los que pude ofender o herir en el camino, una disculpa. Esto lo comencé terminando la preparatoria, en la época en la que todo parece un statement, en la que una cree que no hay grises y que sólo importa definirse a favor o en contra de las cosas lo más pronto posible. Creo que los años me han hecho un poco menos imprudente, y sólo puedo esperar que en mis siguientes relecturas encuentre menos cosas que me parezcan la obra de una amiga lejana.

Para las demás personas que visitaron este blog y encontraron algo valioso, muchas gracias. Con ustedes compartí todo lo que hoy reconozco de mí y lo que no. Viendo los diálogos que sostuve con algunos de ustedes, me atrevo a decir que crecimos juntos. Gracias por estos años y por seguir al pendiente de lo que viene.

martes, diciembre 20, 2011

Matt: Capítulo 4 "El miedo y la gloria"

Al día siguiente del concierto de los Dragulas fue el anunciado viaje a Cuernavaca. Mis padres aún tenían una casa de fin de semana allá y, por primera vez, accedieron a prestármela. Los acontecimientos del concierto generaron cierta tensión que fue evidente durante todo el viaje. Hasta que nos besamos.

Ahora que lo escribo suena como algo pequeño y natural, pero en ese momento mi estabilidad flaqueó por completo. Todos mis amigos presentes, -todos amigos también de Wong y conscientes de que hacía sólo mes y medio habíamos  terminado una relación de casi seis años- quedaron asombrados y me atrevería a decir asustados ante la escena. Yo sólo podía decirme una y otra vez "Es una licencia", "Date permiso", "No es algo serio", "No pasa nada", "Seguro él también sólo quiere divertirse". Y así entre besos fue terminando el viaje. Como buena mujer, no logré convencerme del todo de darme licencia y tuve que hacer aquella pregunta incómoda para cualquiera y tan mentirosamente tranquilizante para mí: "Yo no estoy lista para una relación. Tú, ¿qué es lo que esperas de todo esto?". Esperaba una respuesta evasiva, pero recibí la cubetada de agua fría que me merecía y que tenía tanto de cierto como mi mentirosa afirmación: "Tú no quieres nada, yo tampoco".

Entonces intentamos seguir tan amigos como antes, pero ya todo era distinto y no tardamos  en re-establecer una normalidad en la que sólo salíamos el uno con el otro, nos preocupábamos cuando no nos veíamos, acordamos presentarnos a terceros como novios para evitar explicaciones elaboradas y otras cosas que fueron abriendo camino a lo inminente. Ni qué decirlo más, estaba entusiasmada otra vez como sólo lo había estado aquellas primeras veces que lo vi en la preparatoria hacía ya tantos años. Y de pronto formalizamos el tecnicismo.


Esa es la historia del comienzo. A partir de ahí algunos meses complicados, un año perdido Y ganado -del que luego les contaré- , cambios pragmáticos y recientemente un compromiso y una mudanza. La verdad, no puedo pedir más por ahora. Ya veremos, aprovechando las fechas, qué dice el 2012 a todos los planes.

Retomando

En un afán de retomar mi vida bloggil quiero actualizar la historia de Matt para, entonces, seguir incursionando en temas distintos, algunos relacionados con él, sobre el arte de caer y otras crónicas que sigo escribiendo de vez en vez. Gracias a los que constantemente me recordaron que este blog existe y que consideran que vale la pena no abandonarlo.