domingo, agosto 19, 2007

D&D

Como muchos ya saben, tengo ratos geeks, pero recientemente los ratos no-geeks son la excepción. De hecho llevo algunas semanas como Dungeon Master. Dungeons and Dragons es un juego de rol, es decir, un juego donde una persona se inventa una historia épica y los jugadores se crean personajes fantásticos con posibilidad de decidir alrededor de esos acontecimientos. Para jugar son indispensables múltiples dados de varias caras (20, 8, 4, 6), varias horas disponibles y un mood especial. De pronto se vuelven normales conversaciones como:

―En eso se les acerca un policía encubierto preguntando sobre el alboroto. Les enseña su placa. Es un elfo alto para su raza, de cabello grisáceo y vestido con explorer's outfit. ¿Qué hacen?
―Yo utilizo mi Charisma para convencerlo de que la culpa fue del orco en pelotas.
―Tira un dado de 20
―Cayó 12 y sumándole el bonus me da 15.
―El policia hace Will save y le sale... 17 en el dado. No te cree y te conduce a una celda donde el loco en pelotas y tú están completamente solos.
―Nooooo!

En fin, ya me veo en la escuela usando mi Charisma para que el profesor de Econometría no me haga examen sorpresa, o "casteando" Spells de invisibilidad para desaparecer cuando se acerque la temporada de finales y me busquen como mentora. O mejor aún, podría juntar 1000 experience points para poder aumentar mis skills y hacer mejor mi trabajo.

Se vale soñar.

sábado, agosto 11, 2007

Libro y película del mes de julio

Libro del mes: El Mundo de Sofía de Jostein Gaarder, mi primer libro de "filosofía" hace unos buenos años. Simpática novelilla recomendable para principiantes y para gente sabia que quiere recordarse lo mucho que ha leído.

Película del mes: Almost Famous de Cameron Crowe, porque trata sobre una época en la que todavía se podía engañar a la Rolling Stone magazine, las groupies se respetaban y el Rock and Roll estaba vivo. Y sale Philip Seymor Hoffman!

Excusas

Comparto un mail que me envío el afamado Alito-kun, cumplo con hacer algo más que reenviarlo:

Hola, quisiera compartir con ustedes algo que ha estado en mi cabeza últimamente.

Ahora que he tenido bastante tiempo por las vacaciones (entre el dungeons, el pokemon y el cine) , he tenido la oportunidad de escuchar mucho la radio y de leer artículos en los periódicos así como en el Internet. He notado que una buena cantidad de estos escritos publicados o programas al aire tratan el tema de la tecnología como un destructor de las relaciones familiares.

Más de una vez se ha planteado en estos medios la imagen de la familia descompuesta por la tecnología. Se visualiza, por ejemplo en un desayuno “familiar”, al hijo con un aparato de videojuegos o con un Ipod a todo volumen; a una hija con un celular mandando mensajes o igualmente con un reproductor de música; y a los padres con el celular hablando a la oficina, al compadre, a la comadre, al amigo, al vecino o a quien sea para poder usar su teléfono.

Si bien es cierto que la tecnología es usada para este alejamiento, es aún más cierto que no es culpa de ella. Sí, es verdad que tener un Game Boy , un Ipod o una computadora aleja al hijo o a la hija de una convivencia familiar, pero es culpa de lo padres, o de la familia completa, el no poder hacer que los hijos se interesen en una interacción cuando ellos mismos no los educaron para esa práctica.

El problema del alejamiento actual (como lo dicen en la radio o en los artículos) se debe a la herencia de la falta de la educación familiar. Cuando a una hija o hijo no se le inculca que la familia es el órgano social primario y por ende no se le enseña a amar el tiempo familiar (porque no es lo mismo amar a la familia que amar la convivencia con ella) este pierde el interés por el valioso espacio que se le debe dar y lo considera como algo sin importancia, por lo que usa estos aparatos tecnológicos como una medida para que esas horas “sin valor” pasen de manera más amena o siplemente los usa para desconectarse de ella por completo, vigilando a su personaje en lo que ahora se llama "la segunda vida" por el internet o jugando sus juegos durante horas evitando asi el contacto familiar.

Es preciso enfatizar que este no es un problema actual, ya que si nos remontamos al pasado podemos ver la imagen de una familia aún mas grande que las actuales (considerando que en épocas anteriores las parejas llegaban a tener hasta 8, 9, 10 o incluso más hijos) sin tecnología pero con distractores. No eran ni celulares ni Ipods, pero eran revistas, periódicos, historietas o aún peor la simple indiferencia hacia los demás. Lo que en la actualidad estamos viviendo no es nada más que una herencia del pasado con una excusa para no resolverlo, y esa excusa se llama tecnología.

Esta en nosotros que la union familiar nazca en cada una de nuestras casas, pues ahora se llama tecnología, pero ¿comó la llamaran después? Hay que tener conciencia de que siempre habra algo que nos logre distraer, pero hay que tener la educación, y por sobre todo, hay que saber impartir esta educación a los demás para que el nucleo familiar no se conforme de un grupo de extraños conectados por la sangre si no de personas que sepan convivir entre ellos.

Gracias por su valioso tiempo al leer mi mail, si quieren reenviarlo, adelante. Me interesa que lo sepan ustedes. Y también quiero aclarar que el alejamiento no sucede en todas las familias, sin embargo los programas o artículos de difusión hacen parecer que todos tenemos estos tipos de problemas. Yo sé bien que no, pero existen y hay que saber que no podemos escudarnos siempre bajo una mentira.

Y sí, si lo escribí yo... osease Alito.

Atte: Alejandro Daniel Trigo García
Ingeniero en Sistemas Computacionales

El amor, la escuela y las moscas

Bendito Monterroso.

Pues sí, entré oficialmente a la escuela hace unos días y comienzo a entender la dificultad de estudiar y trabajar. Brevemente se trata de lo siguiente:

Despertarse a las 6, bañarse, arreglarse, desayunar un plato de cereal y tal vez comerse una manzana en el metro camino al paradero de Tacubaya.
Tomar el camión a las 7:25 para estar llegando a la Compañía a las 8:15 y comenzar a trabajar.
Comer a las 12 como los gringos, y seguir trabajando hasta las 2:45
Pedirle ride a Dykter hasta la universidad y tomar clases de 4 a 10 luchando contra el hambre y cediendo ante ella alrededor de las 7.
Pedirle ride a Lore para que me lleve a casa y tal vez cenar algo en el camino.
Llegar como a las 11, hacer tarea entre sueños y dormir bien 5 o 6 horas.

Esta fórmula mágica no es recomendable para la salud, pero da grandes satisfacciones. Alguien me dijo que de vuelta a la escuela, las clases me iban a parecer lo más trivial y aburrido del mundo, pero curiosamente resulta todo lo contrario. Los profesores son quizá los mejores de la carrera y también los más exigentes. Las presiones son muchas pero también muy gratificantes, y el cansancio parece una forma de purificación y entrenamiento. Ir a la escuela se ha convertido en un reto casi equiparable al trabajo aunque con mayor prioridad.

Mientras permanezco cuerda la solución se asoma muy claramente a mis pensamientos. Entre las vanalidades salvavidas que nos ofrece el mundo contemporáneo, el automóvil tiene que ser mi respuesta. ¡Carajo, ojalá no hubiera roto el cochinito cuando tenía ocho años!