El arquetipo de Hombre
Lo vi caminando un poco delante de mí sobre la misma acera. Un extraño. Hacía viento y su saco café a cuadros luchaba por mantener el equilibrio apretándose contra sus costados. Me apresuré para verle de cerca: cabello castaño y quebrado, en una cola de caballo impecable, barba abundante pero recortada, ojos hundidos y la mejor nariz que haya visto.
Fingí detenerme para buscar algo en mi bolsillo y dejé que se adelantara de nuevo. Esta vez vi que, a pesar de sus ropas formales, llevaba un morral tejido. No me quedaba duda, tenía 27 años y era egresado de Lengua y Literatura Inglesas, pintor en sus ratos libres, dramaturgo por las noches y mi fantasía justo entonces. Lo seguiría sin importar a dónde fuera.
De pronto, se detuvo al lado de un minisúper.
Entró.
Seguí de largo y cuando llegué a casa, Wong estaba esperándome.
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