viernes, agosto 11, 2006

Después de la embriaguez

Se recuerda:
  • Haber esperado hora y media a una persona que estaba "a dos cuadras" de la universidad.
  • Haber dejado mis indispensables en el coche incorrecto.
  • Haber embarcado en las trajineras dos horas depués de lo previsto.
  • Haberme servido mucho brandy y ron alternada y repetitivamente.
  • Haber sido sociable (¡yo!) con extraños y haber intentado llevarme mejor con un patancito not worth my effort.
  • Haber bailado una cumbia, sobre madera resbalosa, con un hombre que resultara gay. Dejá-vu.
  • Haberme rebajado a pedir un favor a quien no debía para ser abandonada a varias calles de mi casa con la vejiga a reventar.
  • Haber hecho el ridículo en 3 establecimientos, con $20 en la mano, pidiendo algo "para llevar" con la verdadera intención de entrar al baño, inexistente en 2 de las ocasiones.
  • Haber llegado a casa, dando traspiés, para recordar que mis llaves estaban en el coche incorrecto y debía esperar a que llegaran los cohabitantes sobrios.
  • Tomar un baño al final y fingir una perfecta sobriedad, que se viera acentuada por la repentina llegada de quienes vendrían a devolver mis indispensables con una embriaguez tanto mayor.
Cualquier acto intermedio ha sido sistemáticamente desechado de mi memoria. Persisten un dolor de garganta, ropas manchadas aquí y allá de bebidas derramadas, la confianza ciega de mis padres y una grave, aun inexplicable, punzada a la altura de la conciencia.

Usual College Fun.

1 comentario:

S.B.S. dijo...

Y que te quiten lo bailao!...que se dice por estas tierras. El Ibuprofeno hace verdaderas maravillas así que cuando el dolor es intenso, un sobre, caldo y quietud! Besos.