jueves, diciembre 28, 2006

El día 1

En efecto, empecé a ir al gimnasio a "relajarme" y "distraerme". Resulta que por la cuota mensual tengo acceso a clases de Pilates, Jazz, Yoga, Aerobics, Hatta Yoga, Tae-bo, Baile (danza árabe y samba for the moment) y Reductiva; además de los clásicos Cardiovascular y Pesas, vestidores, entrenador, nutriólogo y psicólogo. Entitled to as many things, creí que sería buena idea tomar Pilates, Tae-bo, Hatta Yoga de vez en cuando (mera vanidad), y los ejercicios necesarios de Cardio y Pesas.

Mala Idea #1: Ir a la clase Pilates a las siete de la mañana en mis vacaciones. Ya había olvidado el timbre del despertador.

Mala Idea #2: Entrar a clase sin percatarme de que era para Avanzados. Era impresionante ver mis piernas, educadas en las artes del sedentarismo, temblar ante los esfuerzos sobrehumanos de la clase. Cabe mencionar que la profesora terminó su clase diciendo que sufriríamos el ejercicio al día siguiente.

Mala Idea #3: Haberme comprometido con el entrenador, desde el día anterior, a hacer los ejercicios que me programó a las ocho, justo después de clase Pilates. Tras las explicaciones de rigor sobre mi caso y el énfasis en mi renuencia a terminar musculosa y undesirable, me programó ejercicios para mejorar mi circulación en las piernas y "reafirmar".

Mala Idea #4: No haber llevado agua contra la deshidratación. Tuve que comprar una en el mostrador del gimnasio.

Mala Idea #5: Encargar a la señorita del mostrador, que muy amablemente se ofreció, a guardar mi chamarra y mi bolsa con los indispensables. Estuve pensando en mi celular y mi cartera, abandonados a merced de una desconocida. Adiós relajación.

Mala Idea #6: Olvidar mi reproductor de música en la bolsa y tener que chutarme una hora de Luis Miguel en el stereo común. No es que deteste a Luis Miguel, pero prefiero Botellita de Jerez y Amigos Invisibles.

Mala Idea #7: Hacer exactamente los ejercicios y tiempos que me dio el instructor. Era mi primer día, for Christ's sake, era de esperarse que me hiciera tonta, pero desperdicié la oportunidad.

Para terminar, un Mal Pronóstico: Por el momento estoy fresca y con el autoestima feliz-feliz, pero seguramente el dolor muscular de más tarde me impedirá ir a la clase de Tae-bo, y mañana la rigidez quizá me impida salir como tenía planeado.

Loathed gym, I curse thee and all thy torture machines!

Espero que poco a poco mis dudas se despejen y consiga ser, al menos remotamente, afín a alguna de las actividades y circunstancias de aquel extraño lugar. También espero que mis neuronas no reduzcan filas próximamente dado el trato con personas irracionales y vigorécticas. Amén.

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