Tuvimos dos semanas de festejos dionisiacos en tu honor. Cada vez que los hados anunciaban una nueva fecha para tu salida debíamos celebrarlo. No teníamos prisa por que te fueras sino que cada cambio en tu itinerario simbolizaba unos días más, al menos unas horas, contigo. Significaba que habíamos vencido a la última orden inamovible y queríamos creer que la posibilidad se diluía ante cada retraso.
¿Dónde quedó tu Suerte, Princesa? Las excusas se agotan lo mismo que el momento después de la verdadera despedida. Y te perdí la pista, negando que te hubieras ido. Mientras hiciera un esfuerzo por no creer a quienes me decían que era verdad, que ahora sí se fue, que salió por la mañana; seguías aquí. Mientras no preguntara en tu casa, exponiéndome a que me dieran la infausta noticia, estabas a una llamada de distancia. Sin embargo, las ganas salen al paso hasta que son incontrolables.
La nostalgia marcó hoy tu teléfono. Escucharte me obligó a aceptar que nuestras locuras ahora son recuerdos. Pero no me resigno a su mera existencia. Ya nos veremos, mujer. El dónde no tiene importancia.
1 comentario:
Mi preciosa Ximenita!!! Siempre pienso en tí y deseo que te vaya de la mejor forma posible y yo sé que así será! Te quiero mucho y aunque estemos lejos estoy segura que nuestra amistad seguirá creciendo a pesar de la distancia porque tenemos algo muy especial que nunca quiero perder, en estos meses que estuve contigo, encontre en tí a una gran amiga, a una persona muy especial que me conquistó con su inteligencia, simpatía y sobre todo con su gran corazón...Te quiero nena!!! Pronto estaremos juntas...Hay más tiempo que vida y esto es solo un momento de toda la vida que nos queda por vivir!!!
Publicar un comentario