Hay muchos modos de molestar a una profesora de Filosofía. Son especialmente detestables aquellas "misses" que interpretan un texto antropológico y le dan carácter moral con conclusiones radicales. Por ejemplo, una de las conclusiones más memorables, y que más me dediqué a debatirle a mi profesora actual, fue la imposibilidad de que se pueda formar una familia con una pareja homosexual como base. Habíamos leído un texto donde se respalda que las relaciones deben ser monógamas y heterosexuales. Uno de los argumentos era que inclusive en las relaciones homosexuales uno de los participantes simpre toma el rol femenino y el otro el masculino, aunque sea por turnos. La clase, para ella, consistía en comprobar que cualquier relación homosexual, uniparental o esteril no podía constituir una familia.
Yo, a pesar de reconocer por mi parte cierta falta de información al respecto, no podía soportar que las mentes bastante influenciables de mis compañeros se quedaran con esa información, al menos no sin presentar batalla. El argumento más fuerte del autor a favor de la heterosexualidad era la complementariedad. Entonces, ¿no aceptaba él mismo que podía haberla entre personas del mismo sexo en tanto que ellos tomaran un rol femenino o masculino en la relación? La profesora me dio la razón un instante, pero luego el resto de los ultraconservadores/homofóbicos la respaldaron hablando de las potencias del hombre. En la teoría que nos han dado a conocer, existen 4 facultades en el hombre (Llano, 2000, p. 13). Dos son universales (trascendentales): inteligencia y voluntad; las otras dos son particulares (sensibles): sentidos y apetitos. De ellas, las aprehensivas (que captan la esencia de las cosas) son los sentidos y la inteligencia; y las tendenciales son la voluntad y los apetitos1.
En fin, las personas de las que hablo decían que la falta de complemetariedad física entre personas del mismo sexo impedía conocer la esencia al uno del otro por las tendencias sensibles. Pero, ¿no es aún más valioso el poder superar las sensaciones generadas por las tendencias sensibles y pasar al plano de lo espiritual y trascendental? Entonces, la profesora salió con las excusas más banales posibles. Dijo que no podía haber una relación monógama entre homosexuales porque en "general" son personas promiscuas (detalle que fundamentó en la búsqueda inalcanzable de complementariedad física), que son celosas de los logros profesionales de su pareja (lo cual, para ella, es una negación del amor) y cerró diciendo que muchos veían la homosexualidad como una opción para experimentar pero sin estar convencidos (esto limita el ejercicio de su libertad). Para empezar intenté dejar en claro que ser homosexual no es una tendencia desechable sino algo que se vive. Y desde ese punto de vista, sus generalizaciones tan sólo hablaban de una minoría que ni siquiera podía considerarse homosexual sino simplemente inmadura y absurdamente competitiva (producto de males sociales y no de la homosexualidad). Y luego dije que si existía un sector con ese comportamiento, era producto de la discriminación. Cuando una actividad se restringe, aumenta la incidencia en ella. Puse el ejemplo de que si en la universidad prohibieran fumar, seguramente a algunas personas débiles les llamaría la atención empezar a hacerlo. Me lo negó y le di el dato de las drogas en Holanda. Cuando se legalizaron algunas drogas, disminuyó el consumo de las drogas legales y aumentó el de las ilegales. Me dijo que no estaba de acuerdo. "¿No está de acuerdo con los hechos?" STRIKE 1.
Luego, seguimos la discusión. Me argumentaban, con respecto al tema de las tendencias, que no se podía llegar a lo trascendental sin haber pasado por lo sensible. Les di la razón, pero recordé una discusión previa con la profesora en la que ella había dicho que el enamoramiento no es eterno y que lo que queda en su lugar, sin opción, es un cariño profundo mutuo en el cual se aceptan los errores y defectos del otro asumidos por las potencias superiores del hombre. Y comenté que la falta de complementariedad meramente física era importante sólo de forma transitoria. Porque los homosexuales, como los heterosexuales, no buscan únicamente satisfacer sus deseos sexuales sino una intimidad más relevante. Un ejemplo son las parejas con mucho tiempo juntas, en quienes el papel del sexo va relegándose hasta tener importancia casi nula.
La mujer sacó el cobre. Su argumento fue que eso se acepta en las parejas heterosexuales porque el amor se reafirma en el matrimonio y en la fecundidad para que el humano se plenifique. ¿Es decir que una mujer esteril nunca puede ser plena ni amar porque no tiene hijos? ¿Y un hombre o mujer que decide que es más feliz sin casarse? Su respuesta fue negativa. Me reí cinicamente. Para entonces ya varias personas habían captado el ultraconservadurismo y se pronunciaban en desacuerdo. Los partidarios de la profesora sacaban conclusiones como "Pero imáginate que adopten, habría niñitos y niñitas homosexuales por todos lados porque crecerían viéndolo como algo natural". Lo decían poniendo caras de asco que me hacían creer que ellos eran los verderamente repugnantes. La profesora no aguantó la presión y dijo que ya era suficiente de ese tema. STRIKE 2
Yo me rehusé a dejar de discutirlo, ahora acepto que fue una falta de respeto el no ponerle atención por considerar mi plática más relevante que su clase, y entonces me pidió abiertamente y de mal modo que me callara de una vez. Pensé en salirme del salón como muestra de inconformidad, pero eso me impediría continuar la guerra que ella y yo nos declaramos ese día sin palabras. Y me quedé ahí, escuchándola y planeando. Planeando un tercer Strike y contando las Bolas de la tarde.
1Llano, C. (2000) La formación de la inteligencia, la voluntad y el carácter. México: Trillas
1 comentario:
Si te sirve de algo, la American Psychological Association condujo estudios sobre la incidencia de los padres en la elección sexual del niño. Según sus resultados, que los padres sean homosexuales o heterosexuales NO INFLUYE en la tendencia del hijo. Si no está de acuerdo don la APA, pos que les mande una carta con copia al Papa.
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