En estos momentos debe ir dormido en un camión que se aleja. Esperaría despierta su llamada si tuviera una idea, por remota que fuera, sobre el tiempo que durará su viaje. Pero no la tengo. Tampoco sé en dónde dormirá esta noche: si acampará sobre el suelo de la selva o si dormirá al lado (siendo "preposicionalmente" optimista) de alguien. De pronto la ansiedad se agolpa en mi cabeza. No dejo de repetirme que es tan solo una semana y que ya no tengo derecho a este tipo de procupaciones.
Entonces, me imagino que en la selva puede existir algún insecto mutante, contagiado de gripe aviar, que espera sólo por él para anidar entre sus cabellos. Entrará en su cráneo y al cabo de unos días, mi querido amigo despertará con otra cabeza sobre sus hombros. Con una cara ajena a la suya, irreconocible como la de Lyn May. Y después, puede que todo él cambie. Cuando regrese, ¿qué?
Rescoldos de pesadilla
No hay comentarios.:
Publicar un comentario