miércoles, septiembre 16, 2009

Matt: Capítulo 0 "La Precuela"

Los meses anteriores habían sido poco más que reveladores, sobre todo desde que Yamil me introdujera al taller de Creación Literaria. Fueron esos miércoles de 4 a 6 los que sentaron las bases de los eventos de esta serie.


Una amiga se volvió mi mejor amiga desde que quisimos estudiar Letras Hispánicas cierta tarde que leímos a Cortázar. Los chicos del Círculo Sagrado se hicieron mucho más cercanos que en todos los años que compartimos en primaria y secundaria. La mujer más perversa y sensual del taller me abrió los ojos sobre muchas cosas, particularmente sobre la homosexualidad del ex-novio a quien yo todavía amaba. Y conocí a Reizak, el chico más hermético e intrigante del Círculo Sagrado y de mi universo... que, béndita Ley de Murphy, babeaba por mi nueva mejor amiga.


Corría la segunda mitad del 2003 y yo pasaba a 5to de preparatoria. De pronto el taller no sonaba como una buena idea porque ya no estaban ni mi mejor amiga ni la chica perversa ni la linda ingenua ni Mike. Como fuera le di una oportunidad. Nuevos chicos, mucho más talentosos que los integrantes originales, se unieron a nuestras tertulias: Emiliano, Jessica, Lady Stardust, Sandra y Matt. Y es de Matt de quien trata esta historia.


El primer miércoles, como siempre, me senté en el piso con la espalda pegada a la pared para ver llegar a todos. Ese día Reizak no asistió, así que mi conexión con el mundo estaba intacta. De cualquier forma no me queda duda de que me hubiera quedado igual de boquiabierta cuando le vi entrar. Tal vez nunca haya confesado por este medio mi afición inexplicable por las narices… sí… las narices. Para que un hombre me guste o pueda decir sinceramente que una mujer me parece bonita, la nariz es el factor determinante. Una nariz larga, un poco grande, quebrada, en fin, la nariz tiene que ser interesante. Y Matt entró al salón con la nariz más interesante que hubiera visto en mi vida. Disimulé bien el rubor y el haberme dado cuenta de que me miraba desde lejos. Se sentó junto a mí aunque, en sus palabras, moría de ganas de sentarse en una banca para estar más cómodo. No hubo nada más ese día, pero conforme pasaron las semanas seguimos sentándonos juntos.

Como buenos chicos de prepa él me regalaba dibujos y yo cubría sus hojas de ejercicios del taller con garabatos y recados. Cierto día las cosas se salieron del taller. Se sentó a comer conmigo en el receso. Otro día lo acompañé a su salón de la mano. Nos mandábamos mensajes por celular y las cosas iban muy bien.

2 comentarios:

Lady Stardust dijo...

Sí, una nariz interesante siempre gana adeptos.... aunque, la verdad, mis favoritas son las lisa y llanamente largas (go on, Adrien Brody!) Jajaja. Q gusto tenerte d vuelta!

Xime-chan dijo...

Me alegra que entiendas mi fijación. ¡La nariz le da personalidad al resto de la cara!

Seguiré defendiendo ante el mundo que los ojos están sobrevalorados. ;)