jueves, octubre 05, 2006

Hilo negro

Muchos hombres, los ociosos por supuesto, se preguntan por qué las mujeres van al baño tantas veces al día. Hay quienes han tratado de documentar el comportamiento de la mujer alrededor del antes mecionado rito, y los más sagaces han intentado cronometrar los tiempos exactos sin haber obtenido conclusiones satisfactorias. Y es que pareciera que las mujeres utilizamos el sanitario de forma aleatoria, a horas del día inconexas y con intervalos temporales plusquevariables. Si se hiciera una encuesta, las respuestas de las entrevistadas se parecerían mucho a:
  • Para retocarme/revisarme el maquillaje
  • Es que tomo mucha agua para mantener mi figura
  • Porque estoy en mis días/Porque llegó Andrés [el que viene cada mes]
La respuesta real tiene que ver con una obvia diferencia fisiológica. Los hombres tienen a su disposición, las 24 horas del día y los 7 días de la semana, la prueba de su género; tienen a la distancia de su brazo estirado la fuente de su seguridad y autoestima: una parte de cada lado del cuerpo para quedar al alcance de la diestra o siniestra. Y basta tan sólo una rascada o un movimiento "acomodatorio" para obtener la excusa perfecta que les permita el aprentoncito certero y tranquilizante que indique, indefectiblemente, que su hombría está intacta, que sigue ahí. La costumbre ha hecho de un espectáculo tan desagradable, un rito necesario y socialmente aceptado, aun impredecible.

Volviendo a la pregunta original:
Las mujeres vamos tanto al baño porque nosotras también tenemos necesidades de autoestima y seguridad que satisfacer. Para nuestra mala suerte, los indicadores infalibles del género son sólo visibles en esquemas arcaicos de libros de Biología. Aun suponiendo que los mencionados indicadores fueran tangibles, ni esa ni cualquier otra forma de cerciorarse se prestaría a la improvisación de excusas socialmente aceptadas.

He ahí el hilo negro... o no.

No hay comentarios.: