lunes, octubre 23, 2006

Hallazgo #4

Como mujer hay mandamientos para caminar sola por la Ciudad de México:
1. Evitarás lugares poco concurridos.
2. Irás alerta en todo momento.
3. Fingirás naturalidad y falta de interés cuando un ente no deseado te mire con lujuria.
4. [Y el más práctico] te alejarás de edificios en construcción.

Estos consejos importados desde las mentes preocuponas de las madres, abuelas y bisabuelas son en realidad bastante útiles y pueden prevenir una de las peores y más bajas injurias: ser objeto de piropos. Puede sonar irónico huir de semejantes muestras de afecto, pero citando los más célebres, entenderán mi punto.

En fin, hace un par de días, caminaba en el sentido de una calle complicada y a lo lejos noté que el carril "de baja" y la acera estaban bloqueados por un camión de carga y materiales al pie de una construcción. Pululaban los albañiles. Acababa de dejar atrás una curva muy cerrada que hacía a los coches imperceptibles hasta que su zumbido veloz se manifestaba pasándome de largo. Cruzar era suicida, así que me dispuse a pasar entre el camión y el primer carril. Un trailer hizo sonar su claxon de manera amenzadora mientras pasaba a unos cuantos centímetros de mí. Y ocurrió lo inesperado.

Un albañil me salió al paso. Me imaginé agredida de mil maneras. Pero entonces, él me escoltó hasta pasada el área de construcción y me dijo el mejor de los piropos: "Perdón por dejar ahí el camión, SEÑORITA, ahorita lo movemos".

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